Martín Benítez “Gracias a mi tío estoy en Independiente”

Por Alan Incorvaia

Martín Nicolás Benítez es delantero de la séptima división y habló con SEMILLERO ROJOpara contar que, tras un gran bajón anímico luego de una prueba frustrada en Posadas, Misiones, su provincia natal, llegó a Independiente gracias a su tío, que lo impulsó a continuar con los entrenamientos físicos y que le consiguió la prueba en el Club.

“Yo jugaba en el club La Picada en Misiones, donde Boca Juniors hizo una prueba y no me fue bien. Después de eso dejé de jugar al fútbol porque me deprimí”.

Al no ser seleccionado en aquella prueba, “Misio”, como lo apodan todos en Independiente, sintió que el mundo se le derrumbaba y su familia, más precisamente su tío, Leopoldo Benítez, intentó ayudarlo de alguna manera. Fue por eso que lo entrenó para que siga con ganas de jugar al fútbol en La Picada. Más adelante, le contó que un amigo que le podía conseguir una prueba en Independiente y viajaron juntos a Buenos Aires.

Quedó en la octava división a los 13 años y jugó siete partidos como volante por la derecha. Luego sufrió una lesión grave en el codo en un entrenamiento que lo marginó de las canchas por cuatro meses. En esos mpmentos, el apoyo su primer director técnico, Francisco Bersce, fue muy importante. “Él fue el que más me marcó de todos los técnicos que tuve, porque me motivó siempre, cuando estuve lesionado. Aunque siempre fui delantero, me ponía de volante por la derecha, y no me daba tanta responsabilidad a la hora de marcar. Me dejaba jugar tranquilo ”.

“El profe Bersce vive para el fútbol y fue el que más me marcó de todos los técnicos que tuve”

En esos cuatro meses pensó muchas veces en dejar el fútbol, pero el tío, su gran inspirador, le pidió que continuara en Independiente. “Él me hablaba para que siga. Justo en la época de la lesión estuvo lo de la Gripe A, por lo que me dejaron viajar a Misiones y me hizo realmente muy bien”, recordó el punta. Pero volver a Posadas también tuvo su contra, porque no pudo comunicarse con el doctor que lo operó en Buenos Aires y estuvo 50 días con clavos en su codo, cuando lo correcto era que fueran 20 solamente. Fue por eso que su recuperación fue más larga de lo esperado.

Martín se describe como un jugador que se destaca por ser encarador y que le encanta el enfrentamiento, el mano a mano con los defensores, pero que es “muy morfón”. “Mi técnico actual, Pablo Goglino, se saca conmigo porque dice que hago mucho la personal y hay veces que la puedo pasar y no lo hago”.

Lo que más extraña de Posadas es su familia, los amigos y las salidas nocturnas: “Cuando viajo aprovecho para salir con mis amigos y no encerrarme sólo en el fútbol. Acá no voy a bailar pero si he ido a cumpleaños de 15 de alguna compañera del colegio”, confiesa Benítez.

Al preguntarle por el colegio no recuerda ni el nombre de la institución a la que asiste: “antes iba al colegio de Independiente. La de ahora ni se cómo se llama porque con el tema de la selección no puedo ir mucho”.

El 26 de abril de este año, Martín fue citado para jugar en la Selección Nacional, por lo que dos días de la semana debe viajar a Ezeiza para entrenar. “Ir hasta la sede de la A.F.A. para después tomarse el micro para ir al predio de la Selección es lo mejor que me pudo pasar”.

Benítez es un gran jugador y no lo demuestra solamente en el “Rojo”, ya que en la Selección también le va muy bien y hasta pudo convertir un gol en un amistoso que tuvieron en Santa Fe frente a Colón, en un partido que terminó 3 a 1.

“Hay veces que no lo puedo creer, porque hace dos años estaba en mi casa y hoy estoy con la camiseta de mi país”.

Todo lo que le sucede hoy a Martín Benítez es un premio al esfuerzo por todo lo que tuvo que pasar para llegar a ser hoy, uno de los delanteros titulares de la séptima división de Independiente y de la sub 17 de la Selección Argentina.